Hoy le envié unas fotos a mi amada amiga, Isabel. Eran unas fotos del frente de mi casa que se encuentra en una comunidad de Constanza llamada La Culata. Imágenes de los alrededores adornados por montañas. Su emoción al ver las fotos fue tan sincera y real que provocó en mi ser una emoción de igual o mayor magnitud.







Al escucharla diciéndome lo afortunada que ella serÃa estando en mi lugar, viviendo aquÃ, surgió en mi un sentimiento de agradecimiento inmenso . Llegaron a mi cabeza como un ventarrón todas las cosas que me hacen un ser humano inmensamente afortunado.
Pude imaginar las montañas que me rodean, tan magestuosas que al observarlas te pueden llegar a hacer sentir en un cuento de hadas. Montañas inmensas que en ocasiones son tocadas por nubes esponjosas y que te hacen querer estar allà arriba porque quizás estarÃas un poquito más cerca del cielo . Montañas que se cubren de una neblina intensa y espesa , tanto que la cima se vuelve invisible. Montañas desde las cuales puedo deleitarme con las vistas más hermosas del Valle.

Vi las parcelas que cubren mi comunidad , parcelas sembradas de todos los vegetales y frutos que puedan imaginar, parcelas con tierras fértiles, tierras bendecidas, tierras que sirven de sustento a tantas familias encabezadas por agricultores , como es el caso de mis dos padres. Los frutos, frutos que son compartidos, porque aquà somos una gran familia que sabe que trabajando juntos, crecemos todos.
El clima, mi amado clima. Un clima frÃo, fresco que te hace sentir en el cielo . Un frÃo rico que nos refresca hasta el alma.
El cielo, ¡Dios, el cielo!, de un azul intenso con un sol tan brillante que ilumina las siembras . Un cielo que puede vestirse de colores mágicos, con amaneceres y atardeceres de pelÃcula.
Y la gente, como olvidar a tantos seres humanos hermosos y bondadosos. Seres humanos que conforman una comunidad increÃble e impresionante, un lugar que es mi lugar favorito en el mundo, que me da paz y me permite hacer muchas de mis cosas favoritas, entre ellas, trabajar la tierra.

Si, soy afortunada, hasta más no poder. La vida me ha premiado al permitirme nacer y vivir aquÃ.
P.D: Cuando vengan a Constanza no olviden visitar La Culata… Mi pedacito de cielo.
Franselis – FACING LIFE.💛✨