Un mal rato no significa una mala vida. Un mal rato sólo significa que estamos vivos, que somos seres humanos con sentimientos y emociones, seres humanos vulnerables.
Lo anterior lo aprendí a la mala . Pensaba que tenía una vida horrible, la cual no era digna de ser vivida y mucho menos de haberme tocado vivirla a mí, pero lo aprendí y lo entendí.
Entendí que pasarán cosas, buenas y malas. Entendí que también pasarán personas. Entendí que todo dependerá de nuestra actitud ante lo que nos sucede o sucede a nuestro alrededor.
Aprendí que todo sucede por algo y que aquello que sale de nuestras manos hay que dejarlo que fluya. La vida es hermosa en cada una de sus facetas, con sus altas y bajas, claros y obscuros .
No te aferres, no idealices. La vida es más sencilla cuando dejamos de hacernos responsables por aquello que está fuera de nuestro control.
Cuida de tí. Cuida de tu mente y corazón.Al final, aunque muchos no lo vean así, lo único que importa es la bondad de nuestras almas.
La felicidad se encuentra en lo sencillo y sólo nosotros somos responsables de nuestra propia felicidad. Las pequeñas cosas están llenas de una magia especial, búscala.
Hoy le envié unas fotos a mi amada amiga, Isabel. Eran unas fotos del frente de mi casa que se encuentra en una comunidad de Constanza llamada La Culata. Imágenes de los alrededores adornados por montañas. Su emoción al ver las fotos fue tan sincera y real que provocó en mi ser una emoción de igual o mayor magnitud.
Al escucharla diciéndome lo afortunada que ella sería estando en mi lugar, viviendo aquí, surgió en mi un sentimiento de agradecimiento inmenso . Llegaron a mi cabeza como un ventarrón todas las cosas que me hacen un ser humano inmensamente afortunado.
Pude imaginar las montañas que me rodean, tan magestuosas que al observarlas te pueden llegar a hacer sentir en un cuento de hadas. Montañas inmensas que en ocasiones son tocadas por nubes esponjosas y que te hacen querer estar allí arriba porque quizás estarías un poquito más cerca del cielo . Montañas que se cubren de una neblina intensa y espesa , tanto que la cima se vuelve invisible. Montañas desde las cuales puedo deleitarme con las vistas más hermosas del Valle.
Vi las parcelas que cubren mi comunidad , parcelas sembradas de todos los vegetales y frutos que puedan imaginar, parcelas con tierras fértiles, tierras bendecidas, tierras que sirven de sustento a tantas familias encabezadas por agricultores , como es el caso de mis dos padres. Los frutos, frutos que son compartidos, porque aquí somos una gran familia que sabe que trabajando juntos, crecemos todos.
El clima, mi amado clima. Un clima frío, fresco que te hace sentir en el cielo . Un frío rico que nos refresca hasta el alma.
El cielo, ¡Dios, el cielo!, de un azul intenso con un sol tan brillante que ilumina las siembras . Un cielo que puede vestirse de colores mágicos, con amaneceres y atardeceres de película.
Y la gente, como olvidar a tantos seres humanos hermosos y bondadosos. Seres humanos que conforman una comunidad increíble e impresionante, un lugar que es mi lugar favorito en el mundo, que me da paz y me permite hacer muchas de mis cosas favoritas, entre ellas, trabajar la tierra.
Si, soy afortunada, hasta más no poder. La vida me ha premiado al permitirme nacer y vivir aquí.
P.D: Cuando vengan a Constanza no olviden visitar La Culata… Mi pedacito de cielo.
La tierra, los pinos, el aire, los pájaros, la brisa , las plantas, el cielo, el sol, la luna, los amaneceres y atardeceres, la naturaleza, la madre naturaleza, el hermoso regalo de Dios que me llena el alma de vida. Cosas que pueden darse por sentado y parecer tan simples, pero que en mi vida son fundamentales.
Ayer me levanté a las 6 de la mañana. Mi papá me pidió que lo ayudara con algo en la parcela, el «conuco», así le llamamos a las tierras que trabajan mi papá y sus hermanos. Teníamos que regar cilantro y luego pasar ramas sobre los surcos para tapar las semillas. Mi tarea era la segunda, la cuál hice con ayuda de un amiguito muy especial, Nolvy.
Fue una mañana sumamente gratificante, productiva y divertida, divertida porque aproveche para explorar un poco y hacer una que otra locura, cómo por ejemplo, treparme a un pino. Y es que son mis árboles favoritos, tan fuertes y hermosos.
Trepada en un hermoso y fuerte pino criollo (especie endémica de La Española)
También aproveché para recolectar algunas piñas y unas chinolas silvestres – mis favoritas – . Fue una mañana en la que además de servir de ayuda a mi padre, haciendo algo que me gusta , porque en verdad amo la agricultura, tambien hice cosas que me hicieron volver a mi niñez, y fue simplemente grandioso. La libertad, emoción y regocijo que sentí, para mí, no tienen precio. Me sentí tan viva, tan niña, tan yo.
Y lo comentaba e un escrito reciente, titulado «Báñate bajo la lluvia». Ahí expresaba y exhortaba a todos a qué hicieran cosas que les hagan sentir niños otra vez, que les recuerden épocas felices.
Yo no podría vivir sin sentir el aire fresco rozando mi cara mientras observo el increíble paisaje que rodea nuestro » conuco», se los juro . La plenitud que siento cuando hago cosas como estas, es indescriptible e invaluable.
El «conuco» ( palabra indigena ). El Conuco es el termino indigena mas común para nombrar el lugar donde se siembran los alimentos.
Espero que mi vida esté llena de muchos más momentos así, llena de momentos que me hacen sentir que vivo. La vida es más bonitas cuando las cosas que hacemos nos llenan el alma y nos hacen sentir que vale la pena vivir.
No me importa ensuciarme las manos, amo trabajar la tierra junto a mi papá y luego ver los frutos de nuestro trabajo fuerte y honrado, me encanta el hecho de pensar que lo que cultivamos está siendo consumiendo por miles y miles de personas, es increíble darme cuenta y reconocer que lo que hacemos es tan importante y además lo amamos. En momentos como estos es cuando digo que la vida es realmente buena.