UN RÍO EN LA COPA DE LOS PINOS.

Hace unos días mientras hacía una de mis cosas favoritas: caminar por las montañas, noté algo muy curioso y lindo. Me detuve un momento, en silencio, y le dijes a mis compañeras que se detuvieran he hicieran lo mismo.

Escuchamos, escuchamos un río en la copa de los árboles, sí, un río. Mientras los pinos se movían elegantemente al ritmo del viento, estos hacían este sonido tan hermoso y peculiar, un sonido que no era ajeno para mí, un sonido hipnotizante.

Era un río en la copa de los árboles, que fluia entre aquellos majestuosos pinos, tan altos como un edificio, tan imponentes y tan bellos a la vez . Pinos llenos de una magia mística, cómo sacados de un cuento de hadas.

Duramos un minuto escuchando atentamente. No sé si ellas sintieron la misma emoción que yo , pero si sé que sentían el mismo interés.

A veces tenemos que hacer silencio para escuchar, respirar profundo, sentir y conectar. Cuando lo hagas te darás cuenta de cosas increíbles, cómo por ejemplo que la danza de los pinos genera que sus copas suenen como un río.

Detente y escucha.

Franselis – FACING LIFE 💛✨

ENFRENTANDO Y VENCIENDO – RÍO PARTIDO. 💙

Creo fervientemente en que la naturaleza tiene algo especial que infunde vida, y no me refiero a lo que ya sabemos respecto a ella, porque es más que obvio que es la principal fuente de vida – plantas, árboles, animales…- pero yo veo algo más profundo y de alguna forma, raro. Me refiero a que estar en medio de ella, rodeada por su belleza, el sonido de las aves, el viento rozando mi cara y haciendo volar mi cabello, las ramas de los árboles bailando a su ritmo y el agua fluyendo libremente es como alimento para el alma y una gran bocanada de aliento que nutre el espíritu.

No sé si los demás se sentirán así frente a la madre naturaleza, pero yo sí, yo me siento viva, me siento inspirada y afortunada. Afortunada porque tengo el privilegio de disfrutar de ella, tengo la suerte de vivir en ella, por ella y para ella.

Siempre agradeceré haber nacido en Constanza y haber crecido jugando descalza en las parcelas, sembrando y trepando pinos en la loma, subiendo matas de guayaba, y trabajando con mi papá en el conuco. Un conuco dónde se han cultivado tantos y tantos alimentos, un conuco que produce alimentos para todos los dominicanos – lechuga, zanahoria, papa, repollo, brócoli, coliflor, cilantro, remolacha, cebolla, ajo…- , un conuco que nos ha servido de sustento, tierra que amamos y por tanto cultivamos con amor.

Toda esa introducción, aunque larga pero sumamente necesaria, es para contarles de la extraordinaria experiencia que tuve ayer, una experiencia que quedará grabada en mi memoria, pero aún más importante, en mi corazón, para siempre. Ayer fue un día hermoso donde estuve rodeada de personas hermosas, vibras y energías contagiosas y por supuesto un escenario de película. Estuvimos en Salcedo ( provincia Hermanas Mirabal) en una excursión guiada por @sirenomanrd y su increíble equipo, hacía Río Partido.

Desde que nos subimos a la guagua el ambiente fue tan ameno y acogedor que me hizo sentir como que todos nos conocíamos de antes, digo esto porque yo estaba con unos amigos de verdad muy especiales que hicieron mi vida más llevadera y felíz en el tiempo que compartí con ellos durante el último año de bachillerato; los demás eran personas de diferentes lugares que aún no conocíamos y  creanme que esa sensación es de las cosas más especiales que podemos sentir cuando conocemos a alguien por primera vez. En el camino, cómo buenos dominicanos, nuestras voces sonaban al unisono en un ruidosa aunque increíble interpretación de diversos géneros, especialmente la bachata. Lo único que lamento es que íbamos en una guagua, porque yo no puedo escuchar música y evitar querer pararme a bailar – cómo ya les he comentado, bailo hasta los anuncios-.

Cuando llegamos al lugar donde comeríamos, estaba más que emocionada porque eso significaba que ya empezaríamos a caminar, iniciariamos nuestro trayecto hacia el río. Yo como buena «monteadora», buena constancera y carajita de campo estaba más que lista para caminar lo que fuese necesario, porque de verdad me gusta mucho hacerlo, es algo que hago habitualmente en mi amado Contanza y realmente lo disfruto.

Cuando iniciamos la caminata yo me auto-nombré guía, y como buena guía encaminé a nuestro grupo al lugar de destino, sin contratiempos y con una agilidad digna de admiración – HAHAHAHAHA, sorry Sireno, pero es la verdad-. Fue una caminata de alrededor una (1) hora o menos, la verdad no estaba pendiente de eso, sólo quería llegar.

Cuando estábamos cerca, el sólo hecho de oír el sonido del Río me erizó los pelos, mi pecho se llenó de emoción y mis piernas no podían dejar de moverse. Al ver ese azúl celeste quería gritar de la felicidad. Es lo más hermoso que he visto en mucho tiempo.

Nuestro viaje por el río inició en un pequeño charco dónde nos dimos un chapuzón y fallé en el intento de aprender a flotar – mi elemento es la tierra-. Lo siguiente fue caminar unos metros hacia un punto donde podíamos saltar al río desde una altura que luego me dí cuenta no era tan grande como yo pensaba.Tuve que reunir todo mi valor para poder saltar, creo que lo intenté unas diez (10) veces antes de atreverme a hacerlo, pero saben qué, lo hice y me sentí un campeona, el orgullo hacia mi propia persona estaba y está por las nubes, porque nadie sabía, pero siempre le he tenido pavor al agua, los ríos, la playa, a ahogarme y a no saber lo que hay en el fondo. Quizás para algunos sea algo sin importancia, pero para mí significa el mundo, como cada logro que voy alcanzando en mi vida, por pequeño que sea.

Luego de ese primer salto, salté unas seis (6)  veces más, de diferentes lugares, aprendí a controlarme en el agua, a moverme en ella y también a dejarme llevar por ella. Gocé todo el trayecto hasta el charco principal, el más hermoso de todos, una obra de arte perfecta.

El camino de regreso fue un poco más difícil porque a alguien se le ocurrió tomar un atajo por una barranca inclinada. Al principio parecía buena idea, pero cuando mis piernas empezaron a temblar me dí cuenta de que no, en realidad no lo era. Al final logré subir y lo hice de primera, otro gran logro para mí.

Por aquí quiero dar infinitas gracias a todos los que estuvieron ahí dándome ánimos para que saltara y para aquellos que me ayudaron y ayudaron a mis amigos en el agua… Ustedes son lo máximo. Gracias Jefri por lanzarte conmigo, gracias chicos (Izame, José, Ángel y demás) por ser tan buena onda y hacer que ese viaje fuese aún más increíble, gracias a todo el equipo, incluyendo a Alex aunque no grabó mi salto -HAHHAHHA-.

Creo que si fuese por mí, iría a una aventura con estos chicos todos los días. Lo de ayer será un experiencia que voy a atesorar por siempre, porque conocí gente especial, lo disfruté al máximo y algo importantísimo, vencí algunos miedos.

Les puedo decir que hacer lo que a uno le gusta y descubrir nuevos lugares, nuevas personas y nuevas experiencias es lo máximo. Mi alma no podría estar más feliz y agradecida.


¡QUE MARAVILLOSA ES LA VIDA!

¡QUE MARAVILLOSA ES LA NATURALEZA!

¡QUE MARAVILLOSAS SON LAS PERSONAS QUE TE EMPUJAN, APOYAN Y BRINDAN BUENAS VIBRAS!

¡QUE MARAVILLOSO FUE ESTE VIAJE!

P.D: Cómo aquí a todo le sacamos la enseñanza te pido que vivas al máximo, rodeate de naturaleza, respira aire fresco, ten aventuras, ábrete a conocer nuevas personas, enfrenta tus miedos y salta, no te quedes con las ganas.

Franselis – FACINGLIFE 💛✨